viernes, 3 de julio de 2009

El Reino de las Flores

Se encontraba decansando el encapuchado cuando recibió la llamada de Tim para dar un viaje extenso. Toda una aventura a simple vista del encapuchado y este fue con él.

En camino realmente era muy largo y vieron el paisaje cambiar varias veces. El camino se volvió cada vez más complicado cuando se adentraban a un lugar que ellos no imaginaban.

Fue entoces que Tim y el encapuchado se toparon con El Reino de las Flores. Escondido en la dimensión de nuestro propio mundo. Infinidades de variedades de flores exaltaban la belleza. Mujeres como flores merodeaban en dicho lugar donde la belleza era un pedacito del puro paraíso.

Al ver esto, el encapuchado notó que Tim también veía todo esto. La energia del ambiente te inspiraba y el poco tiempo comenzaron a ofenvar a las ninfas y hadas cuya singularidad belleza era única. De momento, el encapuchado se alejó unos instantes de Tim quien aún caminaba cuando le apareció el gnomo.

—¿Qué te pareció esto?— le preguntó el gnomo.

—Jamás pensé que esto existía, siento un llamado por todo lo que me rodea—le contestó el encapuchado.

—Entonces, esta es la forma de la inspiración. La belleza, un paraíso.

—Esta no es mi inspiración. Yo tengo un camino serio.

—La sabiduría te ha enseñado que las cosas deben permanecer inalteradas,¿pero entonces cuál es tu labor? Tu viniste a cambiar las cosas, a realizar milagros, a manifestar lo imposible...y eso es posible por el Amor— le dijo el gnomo.—Lo que ves, es sólo la fuerza de esta manifestada en belleza. En tu camino nesecitas sentir, y aqui sientes magnamente.

El encapuchado permaneció en silencio cuando apareció Tim y el gnomo desapareció. Se fueron de regreso atesorando el recuerdo vivido allí y cargando con varias flores. El encapuchado se mantenía tratabdo de descifrar las palabras del gnomo.

Por Angel Yamil Ortiz 2009© #7