lunes, 20 de octubre de 2014

La águila y el guardabosque

 Se encontraba el encapuchado con Miedo en su base. Había mejorado considerablemente las condiciones del lugar mientras que Miedo sólo permanecía allí y su presencia era suficiente ayuda. En esos momentos se escuchó el chillido del águila por el lugar. Esto le recordó algo importante del pasado.

—¿Escucharás su llamado?— le preguntó Miedo— Ella no te querrá mucho tiempo por estos lugares.

ANTES

           En los predios del bosque, se establecieron mucho tiempo atrás un guardabosque y una águila. Trabajaron arduamente para estructurar una armonía en el lugar. La águila sobrevolaba siempre todo el lugar y cuidaba su paz. El guardabosque conocía cada espacio de aquel bosque. Sembrada sus árboles y escuchaba su lenguaje. Su corazón estaba entregado a los demás. Ellos dieron orden al ambiente del bosque. Incluso conocían la presencia del Árbol Eterno aunque pensaran de él que era otro árbol más de grandes proporciones. Luego, la armonía del bosque se vio amenazada por la naturaleza opuesta de ellos. La águila ansiaba volar y el guardabosque sólo le preocupaba la vida de los árboles y plantas que daban fruto. Tales diferencias crearon choques y la águila se enfrentó a él reclamando su hogar natural. A tales eventos, el guardabosque decidió irse y continuó dándole vida a otras tierras.  La águila voló también y se fue a conocer todo eso del mundo que le parecía desconocido. Es ahí, en ese momento de soledad en el bosque, que se escuchó de un encapuchado junto a un gnomo y su hada.

Por Angel Yamil Ortiz Torres © 2014 #42