Se encontraba el encapuchado caminando en dirección a una aldea cuando se percató, al borde de un precipicio cercano a él, un joven con la vista perdida al precipicio. Cuidadosamente se acercó a él y cuando estuvo tras él lo agarró fuertemente por un brazo y lo lanzó hacia atrás del precipicio. Esto asustó grandemente al joven quien comenzó a arrastrarse hacia atrás.
— ¿Qué te sucede?— preguntó el encapuchado tratando de calmarlo.
El joven bajó su mirada al suelo y luego de unos instantes respondió.
—No lo sé, no siento nada dentro de mí. Parece que no me importa nada— respondió el joven cuando rápidamente sacó un bolso pequeño que iba a abrir.
El encapuchado reconoció instantáneamente de qué se trataba y puso sus manos sobre el bolso.
—¿Sabes qué sucede cuando comes todo el tiempo lo mismo y continuas en ello? Terminas odiándolo pero continuas comiéndolo y si lo hiciste por otro conflicto entonces dicha comida se vuelve un anestésico para tu corazón y tu alma. De primera vista, parecería algo benéfico pero en realidad estas dando la espalda a una realidad que siempre estará detrás. Dicho anestésico se volverá tu veneno y no sentirás nada porque lentamente estarás matando tu ser— le contó el encapuchado mientras lentamente iba agarrando el bolso pequeño.
Pero justamente cuando se lo iba a quitar, el joven dio un fuerte grito y empujó agresivamente al encapuchado.
—Vicio— dijo el encapuchado cuando del joven salieron sombras oscuras que materializaron en un ser.
Dicho ser se volteó hacia el encapuchado y tomó una forma femenina. El encapuchado colocó su mano como si sostuviera una espada y se materializó espada en ella. El ser sonrió mientras que el joven gritaba asustado sosteniendo fuertemente su bolso.
—Soy tu debilidad, yo me alimenté de tu interior y ¿crees que puedes sacarme de alguien?— le dijo Vicio sonriendo cuando de sus manos se materializaron cuchillas.
Vicio lanzó las cuchillas hacia el encapuchado y este las esquivó. Entonces Vicio materializó en sus manos dos espadas y se lanzó a atacarlo. Comenzaron a danzar sus espadas en el combate, ninguno parecía estar obteniendo ventaja.
—No se por qué luchas conmigo si luego regresas a mí— le dijo Vicio mientras pareció tomar ventaja.
—Tu, eres la razón por la que no he podido ver mi Camino— dijo el encapuchado cuando entonces acertó un golpe que desintegró las espadas de Vicio.
Vicio sonrió, dicho seres sonríen al ser retados.
—No podrás sacarme. Solo él podrá— le dijo Vicio al encapuchado y materializó nuevamente las espadas para atacarlo.
Mientras tanto, el joven había abierto el bolso e iba a consumir lo que poseía en ella. Pero recordó su realidad y las palabras del encapuchado y cerró nuevamente el bolso. Entonces, obteniendo fuerza de su interior le lanzó el bolso a Vicio que al sentir el golpe se volteó y el encapuchado atravesó su espada. Vicio sonrió, y al joven voltearse para irse el ser oscuro cayó al suelo y se desvaneció.
El encapuchado entonces se quedó solo junto el bolso frente a él. Agarró el bolso e iba a abrirlo pero se detuvo.
—Nada de esto me concierne—se dijo a sí mismo y lanzó el bolso al precipicio.
Entonces continuó su camino a la aldea.
Por Angel Yamil Ortiz 2009© #10
1 comentario:
Poderosa batalla libra el corazón del hombre. Sabio y prudente sea el encapuchado, hermoso relato, y el encapuchado un personaje espectacular. Saludos sinceros.
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