El encapuchado se teletransportó a la base junto con el gnomo. El lugar se encontraba abandonado como siempre solía terminar. Sin embargo, había algo cambiado en aquel lugar. Todo allí había crecido y entre las malezas se podía apreciar la belleza de un proyecto que había comenzado. Los cantos de las aves entonaban el lugar y la brisa fresca jamás abandonaba el deleitar a quien se dejaba acariciar por ella.
El gnomo fue a recostarse de un árbol pero considero la muy mala idea que esto era debido a que las malezas lo tapaban. El encapuchado al ver esto se dio a la tarea se arreglar el lugar junto al gnomo. Luego de un largo rato, la base había mejorado notablemente de como se encontraba. Una vez estado así, el gnomo se fue a recolectar materiales para sus inventos y el encapuchado se sentó a revisar su cuaderno.
Sabia que debía seguir adelante y continuar su misión dejándose guiar por su interior debido a que el exterior sólo era una ilusión del pasado. No obstante, mientras su determinación crecía existía un engaño dentro de sí y este a la vez se volvería realidad. Ya sabía que la dama no volvería por lo que ahora se dirigiría a recuperar a ese ser que lo ha acompañado siempre que se envuelve de inspiración y el sonar de sus alas motivan su andar. Necesitaba recuperar a su hada y su cuaderno era la única esperanza para encontrarla.
Hojeaba las hojas del cuaderno cuando se topó con un dibujo de ella. Entonces intentó llegar a ella utilizando un portal que creo hacia su aparente destino y al entrar se encontró en la nada. El encapuchado entonces se sintió frustrado y se sentó. No parecía ser tan fácil como creía poder retornar por su propia cuenta a su destino. Entonces de la nada volvió aparecer junto a él el ser de Luz que le había hablado anteriormente.
—Buscas algo que ya posees— le dijo el ser femenino.
—No la poseo, la hada no puedo encontrarla, posiblemente al perder la inspiración ella se fue.
— La inspiración es algo que se crea dentro de tí y tu puedes crearla también.
—No se como hacerlo.
—Regresa a tu base crea tu propia inspiración.
El encapuchado se encontraba molesto por la petición del ser femenino pero volvió a la base. Una vez allí, buscó el por qué estar inspirado y fue entonces cuando comenzó a recordar lo bien que se sentía cuando seguía sus sueños. Todos esos recuerdos llegaron al interior del encapuchado cuando el gnomo le interrumpe su estado.
—Creo haber visto la hada a lo lejos— le dijo el gnomo algo contento.
Pero más contento se encontraba el encapuchado que al gnomo anunciarlo se lanzó junto con su amigo en la búsqueda.
Por Angel Yamil Ortiz Torres © 2011 #35
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