—No tienes idea cómo continuar. Simplemente dejaste de ser y ahora eres patético— le dijo Miedo y se alejó.
—Tienes razón, he abandonado completamente lo que era y ahora por más que quiero continuar es tarde— dijo el muchacho sintiéndose impotente— Posiblemente todo lo que se es llega a un fin y es tiempo que deje a un lado las fantasías.
Miedo se acercó nuevamente con agilidad.
—Si eso es cierto, ¿cómo es que sigo cerca de ti?— le dijo Miedo en un acercamiento menos brusco— Tu has enterrado a tu ser en los recuerdos porque temes enfrentarlos. Sabes que no estas satisfecho de lo que hiciste, ¿enfrentarás el dolor en tu pasado?
El muchacho entendía perfectamente lo que le decía.Miedo no le hablaba con mentiras, el temor real estaba en la vida. Aun así no sabía cómo continuar, eran como si le perteneciesen a otro. No obstante, debía decidir si continuar en la nada o luchar por recuperar su pasado. Se levantó y corrió hacia donde estaba lo que era su antigua base. Los árboles se habían quedado con aquello. Las lágrimas se escaparon involuntariamente. Muchas veces estuvo arreglando aquel lugar y lo dejaba perder nuevamente. Ya el gnomo y el hada no se encontraban y, como efecto a una gran tragedia, el recuerdo de lo sucedido los mantenía sin quererse recordarlo. Luego de un respiro profundo el muchacho comenzó a arreglar aquel lugar
***
ANTES
El encapuchado regresaba a la base a través del portal junto a su gnomo. Cargaba consigo su cuaderno y examinaba la página que le faltaba.
—No comprendo porque intentas hacerte notar en esos mundo— le decía el gnomo mientras recogía un poco el lugar.
—Creo que es lo correcto— le dijo el encapuchado y continuó pero casi al momento el gnomo se metió en el camino.
—Ella nunca fue tu Aprendiz ni lo será. hay historias que tienen que continuar pero acaban para que ocurran otras nuevas.
El encapuchado continuó sin hacerle caso.
—La terquedad tiene su costo— le dijo el gnomo con notable tristeza mientras veía al encapuchado marcharse.
Por Angel Yamil Ortiz Torres © 2014 #41