La guía se encontraba allí junto a otros aglomerados frente a ella. El verla llenó a la Dama de esperanzas. Deseaba para sí misma acabar sus conflictos que la hacían sentir atada y volver a la Armonía de la cual se sentía alejaba y le aterraba las consecuencias a esto. La guía comenzó su discurso.
— Todo aquello diferente a nosotros, a lo literalmente establecido esta incorrecto y se irá a los infiernos—dijo la guía y todos asintieron.
En esos momentos pareció la Dama escuchar en sus adentros la voz del gnomo.
"Pero existen los simbolismos y los ecos de lo que no vemos a simple vista."
La Dama intentó silenciar la voz interna y seguir oyendo.
—Debemos temer al castigo de alejarnos de El. La tentación recorre alrededor de nosotros y pretende alejarnos de una vida sacrificada para lograr salvarnos.
"Vivir en temor es alejarnos de la Armonía. Los seres como los que has visto se alimentan de los que son regidos bajo los engaños de Miedo."
La Dama se notó entonces incomoda con sus voces.
—Debemos agarrar nuestros palos y atacar a los Demonios que los quieren alejar de aquí.
"El mal nunca acaba, ensucia las manos de quien lo intenta matar pues se torna su esencia. Los demonios quieren destruir pero su misión es ser afrontados y vencidos. El vencedor crece y purifica su Luz."
La Dama ya se encontraba sumamente molesta por las voces y había fruncido el ceño. La guía la vio y se dirigió hacia ella.
—Tú, ¡debes de dejarlo! Es oscuro y serás castigada porque no le agrada a El— le señaló la guía.
La Dama recordó todo lo vivido y prefirió dar caso omiso pero la Guía insistió con sus palabras y rudeza. La Dama comenzó entonces a sentir que perdía el control de su cuerpo y en un fuerte jamaqueo su cuerpo comenzó a temblar. La Dama comenzó a llorar descontroladamente bajo la imponente fuerza que jamás había sentido. No era una experiencia que le hiciese sentir alegría sino temor y tristeza. Ese temor lo entendió como un mensaje de El y decidió acceder.
Estando más tranquila llegó al Lago y buscó el cuaderno. Con determinación abrió un portal y llegó directamente a la Isla donde se encontró al encapuchado de frente. La Dama le entregó el cuaderno y le contó su experiencia. El encapuchado intentó todo pero ya nada era posible. Ella había tomado una decisión.
— Adiós, ustedes son grandes personas realmente— se despidió la Dama y tras tocar el cuaderno abrió un portal y regresó al Lago.
Por Angel Yamil Ortiz Torres © #32
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