miércoles, 4 de agosto de 2010

Manifiesto de su Universo

Acababa el encapuchado de venir de su encuentro con el Árbol Eterno cuando sintió la necesidad de visitar la Dama del Lago. Sintiéndolo como un llamado, este abrió rápidamente su cuaderno y se teletransportó hasta el lago. Allí la vio y su interior se llenó de alegría fue hacia ella cuando la dama se percató de su presencia.

—No deberías estar aquí—le dijo la dama con aparente coraje pero con una tonalidad de evidente dolor.—Es mejor que te vayas.

Las palabras golpearon fuertemente en su interior al encapuchado. No pensó más allá de las palabras y se retiró con dolor de allí. Era peligroso saber que dos simples oraciones de rechazo lo habían dejado en tan mal estado. Mientras se alejaba, su cuerpo se dejó vencer y tuvo que soltar sus lágrimas con coraje. Entonces pareció escuchar una voz femenina.

—¿Por qué lloras? ¿Crees que realmente debes llorar? Es increíble pensar que olvides que tras un hecho se esconde la realidad. Eso tu lo conoces— dijo la voz femenina y este se levantó buscándola con la mira por todos lados.

La voz lo dejó pensativo.

Mientras tanto, la dama se encontraba en sus propios problemas frente al lago. Se comenzó a sentir cansada y sin darse cuenta quedó dormida en el suelo. Luego de un rato, se levantó de golpe por haberse quedado dormida. Apenas se levantó vio su cuerpo aun en el suelo y se asustó.

—Estas en un sueño— le dijo una voz que ella muy bien conocía y cuando volteó vio al encapuchado.

Iba a decirle algo pero la sorpresa de las circunstancias la detuvieron. El encapuchado le tendió la mano.

—Vamos, acompáñame— le dijo el encapuchado.

La dama lo pensó por unos momentos pero luego accedió darle la mano. Entonces comenzó a sentirse liviana y la mano del encapuchado la halaba hacia arriba. Comenzó a flotar y pronto empezaron a adentrarse al mar celeste nocturno repleto de estrellas. La dama miraba con notable emoción las estrellas mientras flotaba en el espacio junto al encapuchado.

—Cada estrella nos guarda la leyenda de uno que nació entre nosotros y sus valerosos actos brotó en el mundo la armonía. Nos recuerdan que en el mundo nada de lo que queremos es imposible y al lograrlo nos unimos al propio universo— le dijo el encapuchado.

Continuaron navegando el cielo nocturno hasta que poco a poco se acercaron a la enorme Luna. La dama al ver la Luna comenzó a llorar de gozo. Nunca había visto nada igual, y su luz parecía latir junto a su corazón.

—La Luna es el faro de unión. Su luz inspira los escritos del poeta, alumbra las faenas de los enamorados y vela por todos mientras cultivamos los sueños. Nos recuerda que en la más terrible oscuridad siempre habrá una luz guiándonos e inspirando. No estas sola— le dijo el encapuchado y esta vez bajaron.

Mientras bajaban hasta el suelo terrestre, la dama pudo ver el mundo en todo su esplendor parecía hablarle algo que ella no entendía mientras poco a poco descendieron e un impactante paisaje. Se encontraban en lo alto de una montaña donde el viento hasta mecer los pastizales frente a un impresionante río que descendía con un inspirador sonido. Pudo ver entonces pájaros de muchos colores que parecían flores vivientes en el aire emitiendo cantares de melodías. Entonces sintió que el mundo podía hablarle. Podía sentir en sus adentros todos los sonidos del cielo, las estrellas, el agua, los pájaros y todo ese conjunto de criaturas que viven junto a nosotros. Algo dentro ella pareció ceder y se entregó a la melodía del mundo. Comenzó a elevarse por sí sola del suelo y empezó a llenarse de vida.

En el suelo, el encapuchado observaba quieto lo que sucedía cuando un shaman se acercó a él. Luego comenzó a cantar en desentonos palabras incomprensibles. Todo esto surgió y los corazones del encapuchado y la dama comenzaron a latir con mucha más fuerza. Se fusionaban a la armonía de todos los elementos del Universo. Todo continuó cada vez más hasta que el ocurrió el Rugido del Mundo. Un increíble estruendo que dejó todo completamente blanco y la dama y el encapuchado parecían emanar luz.

— La naturaleza es la madre de todo ser viviente. Es el corazón de la Armonía y nos recuerda que somos parte de una inmensa capacidad de vida y poder,de alegría y amor, de elementos que exaltan nuestros corazones y su energía se une a todas las demás. No hay razón para permitirnos dejar de seguir adelante creciendo en alegría y amor— contaba el encapuchado mientras el también se desaparecía en la luz.

La dama quedó sola en la luz por unos instantes y cuando comenzó a sentirse incómoda, se levantó se golpe del suelo. Esta vez observó el suelo y vio que realmente estaba despierta y quedó meditando lo vivido. Por otro lado, el encapuchado también se levantó del suelo cerca de su base y comenzó a reflexionar sus propias palabras. Ambos se podian sentir en el Rugido del Mundo.

Por Angel Yamil Ortiz Torres 2010 © #22

1 comentario:

Sigel Espacio de Luz dijo...

Me encantooo!!! Profundo, emotivo, misterioso y cautivador!!! El Encapuchado me sorprende siempre con nuevos episodios, tan reales como mágicos, espirituales y elevados!!! hermosas definiciones, hermosas palabras, y hermosas conclusiones !!!